Es quizás una de las berreas del ciervo más bonitas escuchadas. Nos encontramos rodeado de hayedos y robledales en el consejo de Teverga (Asturias). Poco a poco la luz se va desvaneciendo y da comienzo el espectáculo. Los venados resuenan en el silencio de la noche con sus potentes bramidos.
Hay momentos que nos encontramos bastante cerca, y si os digo la verdad incluso pone los pelos de punta saber que un bicho con unas potentes cuernas en celo se encuentra casi a tu lado. Si se presta atención se podrá escuchar algún enfrentamiento y el golpear de las cuernas contra ramas y árboles. Lo más bonito de esto es saber que son ciervos que no viven bajo cercados y alimentados con piensos a base de hormonas y no se comportan como vacas, como por desgracia se estila en la mayor parte de los grandes cotos, sobre todo desde el sistema central al sur peninsular.
Este es uno de esos bonitos momentos que nos brinda la naturaleza.
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