viernes, 25 de febrero de 2011

Rastros de Tortuga: Galápago leproso (Mauremys leprosa)

Hola a todos, tras una larga pausa, voy a continuar con un rastro más de una de las especies que componen nuestra diversa fauna ibérica... En esta ocasión vamos hablar de un reptil muy conocido por todos, y que fácilmente podremos observar en su estado natural, se trata de una de las especies de tortuga acuática que tenemos en España, el galápago leproso (Mauremys Leprosa).

Quién no ha visto alguna vez, sobre la roca de un río, sobre un tronco en una laguna, o simplemente en la orilla de algún cauce o charca a unas tortugas que permanecen inmóviles al sol, en muchas ocasiones incluso acopladas unas encima de otras? Pues bien, estas tortugas que por suerte aún podemos observar en su medio natural, y en algunos sitios en abundancia, se trata del galápago leproso. También en la península e islas podemos encontrar otros tipos de tortugas, como la tortugas marinas y las terrestres, pero hoy aquí nos vamos a centrar en este reptil dulceacuícola, el galápago leproso... A parte de este galápago, podemos encontrar en nuestro territorio español a otro galápago más, el galápago europeo (Emys orbicularis), esta especie está bastante amenazada y es más difícil de observar, debido a su escasez y al decrecimiento de sus poblaciones.

Pues bien, antes de seguir, vamos a dedicar un momento a clasificarlo, para así saber un poco en qué grupo nos encontramos. El galápago leproso es un reptil, que aunque tendamos a pensar que reptil solo es aquel animal que repta y sin patas, pues no es así, dentro del grupo de los reptiles podemos incluir tanto a serpientes, lagartijas, lagartos como a tortugas... Dentro del grupo de los reptiles el galápago leproso se clasifica dentro del orden de los Quelonios, Orden Chelonii, que inlcuye a todas las tortugas. Y a su vez dentro del orden de los Quelonios pertenece a la familia Geomydidae.


Galápado leproso (Mauremys Leprosa) soleándose

Grupo de galápagos leprosos (Mauremys leprosa) tomando el sol, en ocasiones forman aglomeraciones acoplados unos encima de otros

El galápago leproso, como ya hemos dicho, habita en nuestros ríos, lagunas, embalses, charcas, balsas..., y todo aquel lugar acuático, con preferencia de lugares tranquilos y con vegetación donde refugiarse. Vive estrictamente ligado a este medio, aunque sus puestas las realizan fuera del agua en tierra, en agujeros excavados por ellos mismos. Aunque el galápago leproso sea abundante, no deja de estar muy amenazado por varios factores, entre ellos, destrucción de su hábitat, contaminación de las aguas por pesticidas, construcción de presas y desplazamiento por la introducción de especies exóticas, como el famoso "galápago de Florida", o "tortuga de orejas rojas".


Tortuga de orejas rojas o galápago de Florida (Trachemys scripta elegans )

A parte de estas amenazas, producidas todas por la acción del hombre, otra amenaza sería la de sus depredadores. El mayor riesgo de ser predada se centraría fundamentalmente en su etapa de juvenil, sobre todo cuando han recién eclosionado pues es el momento en el que son más vulnerables debido a su pequeño tamaño y caparazón blando, siendo presa fácil de garzas, cigüeñas, nutrias... Una vez adulto, su caparazón se habrá endurecido y habrá aumentado su tamaño, siendo más difícil de capturar...

Juvenil de galápago leproso (Mauremys leprosa)
Pues bien, vamos pasar ahora a su rastro...

Si nos fijamos en la morfología de un galápago, podremos deducir muy bien cómo es el rastro que nos dejará al desplazarse. Si nos fijamos, observamos que las patas del lado derecho y las del lado izquierdo, siempre guardan la misma distancia, separadas estas por la anchura del caparazón, también observamos que al desplazarse estas tienen poca movilidad y sus pasos son más bien cortos. Todo esto es lo que podremos ver reflejado en su rastro, cuando el animal se desplaza deja marcada dos filas de huellas guardando una simetría, la distancia entre estas dos filas siempre será la mima, 9 o 10 cm he podido observar en animales adultos. También podremos ver como los pasos que ha dado el animal cuando se desplaza son muy cortos, mostrándose las huellas unas tras otra con a poca distancia.


Rastro que deja a su paso el galápago leproso, se observa la misma distancia entre las marcas de la derecha y marcas de la izquierda.

Si analizamos los pies de este galápago, apreciaremos un pie plano y palmeado, y más bien redondeado, adaptado para desembolverse en el agua y la natación. Por lo tanto la huella que deja marcada es más bien redondeada, sin marca de almohadillas, también deja señalada unas pequeñas uñas que a veces si el terreno es muy duro no las maraca a penas, estas uñas les son de utilidad para trepar, excarvar o buscar alimento. El tamaño de la huella de un adulto puede alcanzar los 3 centímetros, como se observa en la foto.

Huella de galápago leproso, tiene forma redondeada y marca unas pequeñas uñas.

A parte de sus huellas no he podido observar ningún rastro más, he encontrado restos de mudas de las placas que forman el caparazón (escudos) de individuos en cautividad, pero en estado salvaje considero complicado el encontrar éstas. También he podido observar sus excrementos en otras especies en cautividad, que consisten en cilindros de menos de medio cm de diámetro, pero normalmente depositados en el agua por lo que se deshacen con facilidad.
Bueno, por ahora esto es lo que os muestro, espero que os haya resultado interesante... Por último insistir en que se evite en la medida de lo posible adquirir especies de tortugas exóticas si no se tiene los conocimientos de su mantenimiento, y en caso de que se adquiera alguno, por supuesto saber que deberá estar bajo vuestra responsabilidad durante los años que dure, y por supuesto que no sean soltadas en nuestros hábitats, pues crean un verdadero desorden y consecuente desplazamiento de nuestras especies y desaparición, tal como está ocurriendo con el galápago europeo. Disfrutemos de nuestra naturaleza pero sin destruirla..., gracias por visitarme.