miércoles, 26 de noviembre de 2014

NUTRIAS

Siempre da alegría encontrar unas bonitas huellas de nutria, y más sabiendo que hasta hace poco estuvieron bastante amenazadas y sus poblaciones decayeron. Las principales razones su persecución y el mal estado de los ríos y arroyos. Hoy por hoy dentro de lo que cabe se encuentran en mejor estado y muchos de nuestros ríos han vuelto a ser colonizados por estas.

Para muchos quizás, las huellas de nutria son relativamente fáciles de diferenciar, como estas que os muestro aquí abajo. Sus huellas digitales en forma de pica acompañada de reducidas uñas la delatan, y si ya marcan las membranas interdigitales para qué vamos hablar... Pero el problema está cuando las bonitas huellas de nutria no se marcan tan bien, como en la segunda foto que os muestro.


En esta segunda foto todavía hay detalles que nos hacen salir de dudas, como ese pequeño quinto dedo marcado. Pero en algunas ocasiones pueden no marcarlos, tampoco marcan uñas y sus almohadillas digitales, debido al terreno usualmente fangoso se expande y se redondea. Entonces tenemos una delicada tesitura, pues no es la primera vez que huellas de nutrias fueron dadas por huellas de nuestro más preciado felino, el lince ibérico. Sí, si se dan estas condiciones y los detalles tan característicos no se marcan bien, podrían confundirse con huellas de lince perfectamente. Por ello, cuando encontremos huellas dudosas de nutria que nos recuerden a las de lince, o la inversa, huellas de lince que nos recuerden a las de nutria, mejor fijarse en otras cercanas si es que las hay u otros indicios, y si no como me decía un amigo mío, ante una huella dudosa, mejor pegarle un pisotón...


Como siempre, gracias por vuestra visita.

lunes, 6 de octubre de 2014

Berrea del ciervo. Parque Natural de los Alcornocales.

Nunca deja de ser emocionante, estar en silencio durante la caída de la noche, y sentir que un corpulento animal se acerca emitiendo estremecedores bramidos...

Berrea del ciervo from Esmeralda Ramos on Vimeo.

martes, 24 de junio de 2014

"Ladran los corzos II"

Una vez más hemos tenido la suerte de escuchar sus ladridos. Pero en esta ocasión creo fuimos testigos de un impresionante espectáculo difícil de presenciar. Inesperadamente, dos machos territoriales comienzan una disputa con broncos ladridos a escasos 30 m de donde nos encontramos. Se hallan dentro del espeso alcornocal y es imposible visualizarlos, sin embargo sus fuertes ladridos nos hacen pensar que se encuentran bastante cerca. Abstraídos por su enfrentamiento ni si quiera se percatan de nuestra presencia, y nuestro olor tampoco les inquieta y no nos delata. En un momento consigo ver a uno de ellos entre dos alcornoques como una sombra fugaz, es tan breve el instante que no me da tiempo dirigir la cámara para grabarlo. Parece que es el macho dominante que corre para expulsar a su adversario. Cada vez se van escuchando más lejos hasta que los ladridos dejan de sonar en interior del bosque, ya hay un ganador...

Espero que os guste este vídeo que refleja perfectamente esta narración, como en la otra ocasión la imagen se zarandea y el enfoque no es muy bueno, pero como dije, lo importante es el sonido...

Ladran los corzos II from Esmeralda Ramos on Vimeo.

Como siempre, gracias por vuestra visita.

jueves, 12 de junio de 2014

Indicios de corzo morisco (II parte)

He decido, ya que comencé a enseñaros en la última entrada las escodaduras del corzo morisco, población que habita el sur peninsular, a enseñaros otros diferentes indicios que podremos encontrar de este misterioso duende del alcornocal. Como ya he comentado en otra ocasión, el corzo morisco o moruno, es algo más pequeño que el resto de corzos que existen en la península. También podremos encontrar otras diferencias en su morfología, como su pelaje más grisáceo y permanente durante todo el año o la ausencia de babero, y en su comportamiento también como su mayor territorialidad y la menor densidad que alcanza en estos ambientes cercanos al Estrecho. 

Para acercarnos un poco más al emblemático ungulado de difícil observación, os muestro alguno de sus indicios que con suerte hallaremos en el interior de los húmedos bosques, de esta forma sabremos algo más de el y de como se desenvuelve. Si analizamos sus huellas con detenimiento, nos daremos cuenta de que su tamaño es bastante menor que la de ciervo, y bastante compacta. También cabría destacar su forma de corazón cuando va al paso y los extremos delanteros de la pezuña bastante afilados.



Huellas de corzo (Capreolus capreolus), se aprecian más pequeñas que las de ciervo

Otro detalle que podremos observar, con mayor probabilidad cuando salta o el terreno es lo suficientemente blando, son sus talones, también llamadas pezuñas secundarias, o dedos, como también lo denominan en alguna bibliografía. Estas se encuentran en una posición elevada y separadas de la pezuña principal, de tal forma que resulta poco probable que queden reflejados en su huella si las condiciones descritas no se dan. Las huellas de corzo cuando presenta estas marcas también podrían ser confundidas con las de jabalí, para diferenciar unas de las otras lo más acertado es fijarse en como se posicionan estas pezuñas secundarias, en el corzo justo detrás de la principal y sin inclinación, y en el jabalí en posición más lateral y separada, y formando un ángulo hacia el exterior.



Huella de corzo en la que se han marcado sus pezuñas secundarias

Otro indicio más que podemos encontrar en los bosques donde habita, son sus excrementos. Estos excrementos son con diferencia más pequeños que los de ciervo, son estrechos y algo alargados la mayoría de las veces, aunque a veces se pueden presentar más redondeados, quizás dependa de la ingesta, de la edad del individuo y de su género. Si os sirve de algo su apariencia nos podría recordar a la acebuchina, fruto del acebuche, con el que guarda cierta similitud. 


Excrementos de corzo morisco

Y para finalizar os he traído su ladrido. Para ello he preparado un breve vídeo donde podremos escuchar la ladra de un corzo que sorprendimos escondido entre los helechos de los húmedos bosques del alcornocal. Al ser un encuentro inesperado, como suele ocurrir con este pequeño duende, no nos dio tiempo a grabarlo, pero sí sus ladridos. Siento el desenfoque que por la rapidez no puede ajustar, pero aquí lo interesante será, su sonido...

Ladra el corzo from Esmeralda Ramos on Vimeo.

Como siempre, gracias por vuestra visita.

martes, 3 de junio de 2014

Escodadura de corzo morisco (I parte)

Se llama escodadura a las marcas y desgarros que dejan la mayoría de los cérvidos en troncos y ramas con sus cuernas. El motivo por el cual realizan este acto es el de marcaje territorial, el de limpieza para desprenderse de la borra cuando la cuerna ya está formada, y el desmogue, momento en el que se desprenden de ella. 

El corzo morisco, considerado genéticamente como una subpoblación del sur autóctona que habita en el Parque Natural de los Alcornocales, es un cérvido bastante territorial. Esta territorialidad es más patente cuando se acerca el celo realizando escodaduras en troncos y ramas. En las fotos podemos observar estas marcas, en las que el tronco de un espino albar presentaba desgarros y cortes realizados por las cuernas de un corzo. A mediados de Junio comenzará el celo del corzo, en los bosques húmedos al atardecer se podrá escuchar su ladrido, ladrido que el corzo emitirá, penetrante, en el silencio y humedad del bosque.



Como siempre, gracias por vuestra visita.

martes, 20 de mayo de 2014

"Cagarrutero"

En sí la palabra cagarrutero parece no suena muy bien, aunque para los más exquisitos también existe otra versión denominada, letrina. Sean cagarruteros o letrinas, podríamos definir esta designación al cúmulo de cagarrutas o excrementos que producen algunos mamíferos. Un ejemplo de cagarrutero típico es aquel que realizan las ginetas (Genetta genetta). De forma inesperada es posible encontrar sobre rocas, suelo o covachas una multitud de excrementos acumulados. Su composición es variable pero no es difícil que encontremos entre estos excrementos restos de plumas o huesecillos de algún micromamífero. También podremos encontrar entre sus excrementos algunos con filamentos de hierba, ya que la gineta a igual que los gatos, ingieren esta para purgar su estómago.


Como siempre, gracias por vuestra visita

lunes, 5 de mayo de 2014

Huellas de meloncillo (Herpestes ichneumon)

Es el meloncillo un carnívoro muy ligado a cursos de agua y humedales. Frecuenta zonas de matorral mediterráneo, pero siempre caracterizados por estar cercanos a lagunas o al transcurso de algún arroyo. Es en las orillas de estas lagunas o arroyos donde es posible localizar sus huellas, en las que destacan sus dedos con forma de habichuela y unas potentes uñas.




miércoles, 12 de marzo de 2014

El monte, se mueve...

Y es que cuando sales al campo con ansias de ver fauna, lo primero que hay que hacer es detenerse y observar. 

Tras el comienzo de una placentera jornada, caminábamos por los caminos y veredas atravesando monte. La primavera ya manifiesta signos de presencia, las aves se muestran alborotadas y muchas plantas comienzan su floración. Siendo un día soleado y de día, lo que menos esperábamos era la observación de carnívoros, pero si nos llevamos una grata sorpresa cuando comenzamos a explorar al paso los caminos que íbamos recorriendo. 

Sin lugar a dudas por la noche el monte se mueve..., es lo que nos delataban las abundantes huellas que nos encontrábamos en nuestro caminar. Siempre es grato saber, que el monte sigue vivo y este grupo de fauna es abundante. En los márgenes de los caminos, donde la arena es más fina y aún permanece la humedad de las últimas lluvias, la garduña dejó sus signos de presencia. Cuatro, y a veces un quinto dedo impreso, algunas con marca de uñas y en otras con su almohadilla plantar en forma de luna bien perfilada. (Véase primera foto huella de la derecha, segunda foto grupo de huellas cruzando un camino).



Si la garduña estaba presente, no iba ser menos la preciosa gineta. Sus pequeñas huellas, parecidas a la del gato, pero generalmente de menor tamaño, con almohadilla plantar compacta y tribulación menos marcada, también nos delataban que cruzó transversalmente el camino. 



Y si por la noche el monte se mueve, se dan algunos casos en los que durante el día también. Como resulta con el mejor especialista del matorral, el meloncillo, el único carnívoro ibérico que muestra exclusivamente actividad diurna. Esta vez el terreno emblandecido nos mostraba los rastros de los escurridizos peregrinajes del meloncillo, siempre guiados por su más afinado olfato.


Pero no iba a ser menos tampoco el tejón, que en sus largos campeos nocturnos describe un sin fin de huellas a lo largo de una vereda. Puedes seguir sus rastros, y seguir, y seguir... durante un buen rato, pero eso sí, sin hacernos ilusiones pues nunca nos delatará donde se encuentra su más recóndita y escondida tejonera...



Tras las huellas de la garduña, las huella de la gineta, las huellas del meloncillo y del tejón, faltaba alguien que aún no nos había dejado impreso indicios de su presencia, aunque si con algún que otro excremento..., el raposo. El zorro, aunque no en abundancia esta vez, también nos mostró sus rastros.  Finas uñas y almohadillas digitales de forma triangular se marcaban en el limo más fino, donde la presencia de pelo también se dejaba ver...


Es una grata sorpresa salir al monte y saber, que hay vida, que el monte se mueve, que los carnívoros nos dejan sus rastros aunque muy recelosos y nunca se dejen ver. En esta ocasión cinco carnívoros nos alegraron el día, pero segura estoy..., que aunque alguno no se delató, si que andaba y campeaba por el lugar. Andaban observándonos desde el más enrevesado matorral, desde lo alto de un peñasco, desde el horizonte, encaramado en alguna rama o en el hueco de un árbol del alcornocal.


Espero os haya parecido interesante esta entrada después de un largo tiempo sin publicar en este blog de rastros y de fauna, se intentará que sean más abundantes... Y esperemos que esos cursos de control de depredadores que se están impartiendo por ahora, en Castilla-La Mancha, que supondrán una vez más una excusa y apoyo al exterminio de este grupo de los carnívoros ibéricos, tan necesarios, nos deje vivo unos cuantos en nuestro monte mediterráneo para que siga vivo, sobre todo esas especies ibéricas en grave peligro de extinguirse, como es el lince ibérico. Porque si falta una de ellas el monte se desequilibra, porque muchos cotos de caza deberían saber, que es el mismo monte quien se equilibra si lo dejamos y que es beneficioso para todos, sin necesidad de exterminar especies y sobre todo, para que unos pocos se regocijen en el arte de matar.

Como siempre, gracias por vuestra visita.