miércoles, 13 de julio de 2016

Gineta y gato doméstico, comparativa


Cuando descubrimos las huellas de una gineta (genetta genetta), a veces nos encontraremos ante la dificultad de saber si realmente se trata de la bella matadora, o si pudiera pertenecer al rastro de un gato doméstico (felis catus). Esto se debe a que ambas huellas impresas tienen gran similitud y solo pequeños detalles si han quedado patentes, nos ayudarán a diferenciarlas.

A continuación muestro un esquema con los detalles más relevantes y que nos podrán ayudar a su correcta identificación. En las dos primeras imágenes muestro una mano de gineta comparada con la mano de un gato doméstico, y bajo estas el pie de la gineta contrastado con el pie de un gato.

Si nos centramos en las manos, podremos observar como la gineta posee una almohadilla plantar compacta y de forma trapezoidal, trilobulada en su parte inferior pero mostrándose el lóbulo central muy reducido, tanto que apenas se aprecia cuando la huella queda impresa. En el gato doméstico este lóbulo intermedio es mucho más ancho y en su rastro podremos apreciar un claro trilobulado. A continuación de la almohadilla plantar observamos también un lóbulo secundario, el cual en el gato doméstico se encuentra ausente. 

Otras diferencias la encontraremos en sus almohadillas digitales. Si observamos en la gineta dichas almohadillas son más redondeadas que el gato doméstico, en el que se presentan ovaladas y más grandes con respecto a su almohadilla plantar. También poseen una pequeña hendidura en la parte inferior. Esta hendidura aunque es visible al observar la planta del animal, es muy difícil que se marque en su rastro, a no ser que se trate de un sustrato muy muy fino.

Finalmente podemos observar en ambas manos un quinto dedo que se encuentra presente tanto en la gineta como en el gato doméstico, pero que sin embargo la gineta podrá marcar en algunas ocasiones, normalmente al saltar y sustratos blandos. El gato este quinto dedo no lo suele dejar marcado ya que su situación es más elevada.




Continuamos ahora con el pie. A la derecha muestro la pata trasera de una gineta, su pie adopta una forma algo más comprimida que la mano. La almohadilla plantar a igual que en la mano, trilobulada con el lóbulo interior apenas desarrollado. El pie no tiene talón sin embargo sí un lóbulo secundario que continúa a la almohadilla plantar. También apreciamos un quinto dedo, el pulgar, que el gato doméstico no presenta en su pie, sólo cuatro dedos. Almohadillas digitales más redondeadas que en el gato y con hendidura que rara vez marcarán.



Y ahora, viendo esta comparativa parecerá fácil diferenciar sus rastros. Pues no, no resulta nada fácil sobre todo cuando el sustrato no es bueno y ambas huellas tienen prácticamente el mismo tamaño y se marcan similares. Solo observando con mucho detenimiento un conjunto de rastros, en algunos casos podremos tener la certeza de quien las dejó...

Como siempre, gracias por vuestra visita...

3 comentarios:

  1. Interesante y apasionado. M gustan tus blogs, me encantan. Qraro q no hayamos coincidido entre natura 😀 gracias

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  2. ya no se hacen cuadernos d campo al menos tantos como antes. Muchas gracias d verdad

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