Estimados amigos...,
ya se va aproximando uno de los acontecimientos más llamativos en uno de nuestros mamíferos ibéricos... Dentro de muy poco, tras las primeras lluvias anunciantes de que el verano ya ha llegado a su fin, y de que ya es hora de que el esperado otoño haga presencia con las primeras señales de su llegada, en nuestros bosques tendrá lugar una vez más un espectacular momento... Dentro de muy poco, los bosques se verán envueltos en sus bramidos, sus protagonistas se proclamarán los dueños del monte y anunciarán que ya es la hora, arrastrados por el impulso de la testosterona, anunciarán con su poderoso bramido la llegada de su espectacular celo, la llamada berrea del ciervo... Hoy entonces, a poco de un mes de que esto de comienzo, vamos tratar de adentrarnos un poco y saber algo más, de la vida y de los rastros que nos pueden dejar sus protagonistas, el precioso e imprecionante ciervo...
Nuestro ciervo, el ciervo rojo, y también llamado venado, es uno de los mamíferos de mayor tamaño de nuestra península. Mamífero, al que si estamos en el lugar adecuado y con un poquito de suerte podremos observarlo relativamente bien, pues en algunos lugares se muestra bastante confiado, y si no, podremos encontrar sus rastros ya que a veces son bastante evidentes.... Este precioso cérvido siempre ha sido muy apreciado y perseguido por el sector cinegético, perseguido por la adquisición de su majestuosa cornamenta como trofeo, una de las razones por la que se ha explotado fundamentalmente esta especie dentro de fincas de caza mayor... Pero pasemos ahora a describirlo un poco...

El venado se distribuye básicamente por casi toda la península, aunque con escasa presencia en Galicia, ausente en islas Baleares y Canarias. Sus poblaciones llegan a alcanzar grandes densidades en algunos puntos sin embargo en otros sus poblaciones son muy bajas. En fincas de caza mayor se tratan de gestionar estas poblaciones, que como hemos dicho ha sido y es una especie muy cotizada dentro del sector cinegético. Sobre este asunto hacer énfasis, en que esta explotación, en ciertos casos mal gestionada, está suponiendo un riesgo para la pureza de nuestra subespecie, pues la tendencia a la obtención de grandes machos con grandes cuernas que serán mejor cotizadas, ha propiciado que se introduzcan en estas fincas otras subespecies europeas, de mayor porte y cornamentas más grandes, por lo que estos cruces están haciendo perder cada vez más la pureza de nuestra subespecie ibérica.
Bueno, tras esta pequeña descripción sobre nuestro ciervo, vamos a pasar ahora a analizar algunos de sus rastros, en primer lugar vamos a estudiar sus huellas...
Si observamos un venado, podremos apreciar perfectamente que es un animal de porte bastante grande, puede alcanzar los 160 kg en los machos, así que una de las características de sus huellas es que tienen un gran tamaño comparada con la de otros cérvidos, aunque en jóvenes y hembras será algo menor, razón por la que nos podemos llevar más de un quebradero de cabeza ya que a veces se pude confundir con las huellas de corzo por ejemplo, o incluso con las de gamo..., creo que el truco de esto está en observar muchas, muchas y muchas huellas para poder saber distinguirlas bien...

Un truco sería, si observamos una huella con una longitud superior a 6 cm, podremos ya estar casi seguros que será una huella de venado, pues la huella de un corzo nunca podrá alcanzar esta longitud... Observaremos un extremo puntiagudo, aunque no especialmente afilado, que correspondería a la parte anterior de la huella, y otro extremo más ancho y redondeado que correspondería al extremo posterior de ésta. En algunos casos y en sustratos blandos y según la pisada, pueden dejar marcadas otras marcas cercanas a su extremo posterior, estas marcas corresponderían a los talones o pezuñas secundarias, situados estos talones en una posición más alta a la de las pezuña principal, por lo que en raras ocasiones se marcarán, en sustratos muy blandos es lo más posible.... Estas marcas de talones o pezuñas secundarias, también son dejadas por otros mamíferos ungulados, por lo que no nos debe dejar engañar como una característica exclusiva de éste, es el caso del jabalí, y también el corzo en alguna posible situación... Para diferenciarlos nos tendremos que fijar en su posición y ángulo, en el jabalí se situarán más cerca de la pezuña principal y formarán un águlo apuntando hacia el exterior, mientras que en el venado se situarán más separadas de la pezuña principal y no formarán ángulo. En las imágenes que os muestro aquí abajo podremos obervarlo bien. Si nos fijamos en la primera foto que correspondería a la huella de un venado, observaremos que estas dos pequeñas marcas en la parte posterior de la huella principal, se disponen rectas y paralelas a ésta, y también bastante separadas. En la segunda foto que corresponde a la huella de un jabalí, estas marcas de los talones se presentan más cercas a la pezuña principal y con un cierto ángulo hacia el exterior, también son más alargadas. Bueno, espero que esta explicación os sirva para saber distinguirlas, aunque deciros que no siempre es tan fácil, pues a veces el terreno o la forma de la pisada la pueden deformar haciéndolas bastante difíciles de distinguir y confundir...




Otro dato que podemos obtener de sus huellas es saber si el animal andaba o corría..., cuando andan, las huellas se pueden presentar superpuestas y se dispondrán en línea, mientras que cuando corren no se presentan superpuestas... En alguna ocasión me he encontrado con zonas de paso, donde se pueden encontrar gran cantidad de huellas si el sustrato es adecuado, como el que os enseño en la segunda foto, es un buen momento entonces para poder observarlas y estudiar sus características...





Pues bien, pasemos ahora a sus cuernas... Aquí abajo os enseño unas cuernas de venado, algo rotas, junto con el cráneo, o mejor dicho parte del cráneo... Bueno ya no he de decir que se trataría de un ciervo macho pues las hembras carecen de éstas...


Empezaremos desde el momento en el que el animal se ha desprendido de la cuerna... Como ya os he comentado, la finalidad de las cuernas en el ciervo macho es la de poder competir con otros machos en su época de celo, y no me refiero a que la usen exclusivamente para luchar con otros machos, pues no hace mucho un estudio demostró que, a parte de servirles para las luchas y enfrentamientos contra otros machos, también tendrá mucho que ver su tamaño con la fertilidad, razón por la que las hembras serán posiblemente las que al final visualmente elijan al macho más fertil... (como véis las hembras al final tienen la última palabra...) Bueno, sin desviarme mucho del tema a tratar, una vez que ha pasado la época del celo, los machos se desprenderan de su vieja cuerna sobre finales de enero y febrero, el conocido desmogue, tras un período de descanso el venado macho no tendrá cuernas, momento en el que se sentirá más vulnerable buscando resguardo entre la maleza y más difícil de observar, en estos momentos podrán confundirse incluso con hembras... Una vez pasada esta etapa e impulsado por funcionamiento hormonal, el animal comenzará a desarrollar de nuevo una nueva cornamenta. Su origen será óseo aunque en estos momentos de inicio tendrán composición cartalaginosa y recubierta por nervios y vasos sanguíneos. Conforme va pasando el tiempo, la cuerna irá creciendo y desarrollándose, el primer año desarrollarán solo unas varas o astas sin ninguna punta, lo que les otorgará el nombre al jovenzuelo, de vareto. Al siguiente año desarrollarán una cornamenta con más puntas, es erróneo como mucha gente cree, decir que cada punta corresponde a un año, pues en el segundo año el animal puede llegar a bastantes más, en esto influirán otros factores como la alimentación... Hasta finales de primavera aproximadamente, la cuerna permanecerá cubierta de una piel muy delicada y con un entramado de vasos, llamada borra o terciopelo. Una vez que la cuerna ya ha terminado de crecer y está totalmente formada, el venado se desprenderá de esta piel que la ha estado resguardando durante el crecimiento, la cuerna se habrá convertido en hueso endurecido, es entonces cuando el animal se resfregará contra los árboles y ramas para deshacerse de esta borra, dejando al descubierto su nueva cornamenta. A finales de verano será cuando ya se ha desprendido totalmente de ésta, estando ya preparada y lista para el nuevo celo y poder competir. Pasado el celo volverá a repetirse el ciclo y así año tras año alcanzando cada vez un tamaño mayor...
Pues bien, espero que esta explicación sobre la cuerna del ciervo, os haya servido para entender un poco más en qué consiste todo ese proceso de desmogue y nuevo crecimiento... Y ahora, vamos a ver un último indicio que nos delatan la presencia del precioso ciervo... Se trata de las escodaduras, que son las marcas que deja el ciervo macho cuando se desprende de la borra o terciopelo del que os he hablado, aunque también dejan estas marcas como marcaje territorial... Restriegan la cuerna contra troncos y ramas, de forma que dejan en el árbol unas heridas en los troncos descortezados por esta acción. Esta fricción contra los árboles no es exclusiva del venado, el corzo que también sufre un proceso muy parecido y los realiza, podremos distinguirlos sobre todo por la altura, presentándose los descortezado del venado a mayor altura y del mayor envergadura debido a su gran tamaño en comparación con el corzo... Sobre este tema también haré una comparación más adelante... Para terminar os dejo unas fotos de escodaduras ralizadas por el venado, algunas muy visibles y evidentes...



Como siempre, gracias por visitarme...