jueves, 22 de noviembre de 2018

Pelos y alambradas

Uno de los indicios de presencia de fauna silvestre que a veces suele pasar algo desapercibido, son los pelos. Las alambradas y mallas que cercan nuestros montes obligan a los animales a pasar por debajo de ellas, saltarlas o intentar atravesarlas. Aparte de entrañar un peligro en la que éstos pueden quedar atrapados, cuando son traspasadas con éxito, es muy probable que sus pelos queden enganchados en sus alambres. Pelos del lomo normalmente si la han atravesado por debajo, o pelos del vientre en el caso de saltarlas. 

Una forma de localizar estos indicios es buscar las llamadas gateras, es decir, huecos abiertos por debajo de la alambrada y en los que se detecta paso de animales. Este paso se puede intuir ya que suelen formar pequeñas veredas del transcurrir constante de fauna. Y por cierto, de camino haremos una buena labor de vigilancia, pues es en estos pasos precisamente donde son colocados los indeseables y dañinos lazos... ;)


Cerdas de jabalí (Sus scrofa)

Pelo de zorro (Vulpes vulpes)

Pelo de gamo (Dama dama)

sábado, 17 de noviembre de 2018

Encames de corzo (Capreolus capreolus)

Los corzos, esos duendes habitantes de nuestros montes y bosques, suelen encamarse en zonas umbrosas y tranquilas. En la provincia de Cádiz el corzo morisco se ha asociado siempre a enclaves húmedos, como son la mayoría de los bosques de Alcornocales y sus canutos, aunque cada vez es más común encontrarlos en otras áreas que no se caracterizan por este microclima propio, como son espacios abiertos de cultivos de secano. 

Los encames que muestro abajo se encontraban en un lugar inesperado al lado de unas tierras de cultivo de pastos. Eso sí, eligieron la umbría que proporcionaban acebuches, lenticos, algarrobos y algunos alcornoques situados en uno de sus márgenes.

Los encames de corzo consisten en unas pequeñas depresiones en el terreno con forma generalmente ovalada y de reducido tamaño, unos 50-60 cm de ancho, ya que es el más pequeñito de nuestros cérvidos. Y que clarean y limpian de hojas ahondando de esta forma el lugar elegido. Tres o cuatro camas se disponían cercanas unas de otras en el lugar ya citado, alguna más antigua que permanecía ya cubierta por algunas hojas que cayeron después de su uso, y otras más recientes y más limpias donde la capa de tierra aún conservaba la humedad de haber sido descubierta.



miércoles, 7 de noviembre de 2018

La pequeña comadreja (Mustela nivalis)

Hoy traigo otra emocionante captura por medio de fototrampeo, se trata del mustélido más vivaracho, veloz, diminuto, e intrépido a la vez, la comadreja (Mustela nivalis). Digo emocionante porque estoy segurísima que esta miniatura ha pasado mil veces delante de la cámara, pero debido a su rapidez no ha llegado a captarla, ya que hasta ahora solía dejar el modo foto ajustado. Tampoco le he dedicado tiempo y sin duda hay especies a las que tienes que buscar y elegir el lugar apropiado, o sea, trabajártelas un poquito. Aunque este no fue el caso y creo la suerte se puso de nuestro lado, de no ser porque se quedó inmóvil durante unos segundos delante del sensor posiblemente alertada por algún ruido, este relámpago fugaz no hubiese salido.

Aunque es una especie presente en multitud de hábitats, son las zonas donde abundan los roedores, como cultivos de pastos, graneros, muros de piedra..., donde mejor daremos con ella. Este es otro gran desconocido y poco se sabe sobre su estado, comportamiento y su distribución exacta. Hay quien dice que se ven menos que antes, pero yo esto lo dejaría en "stand by", siendo una especie tan local.

En cuanto pueda dedicaré una entrada a sus rastros e indicios, aunque creo ya publiqué algo en su momento. Rastros con los que hay que tener cuidado para no confundirlos y que resultan difíciles de detectar.

Comadreja fototrampeada en la sierra de Cádiz

sábado, 3 de noviembre de 2018

León y Montaña Palentina

Durante unos días inmersos en primer lugar en el Valle de Lacina y Alto Sil, y en segundo, cobijados en territorios de la Montaña Palentina, pudimos colocar la cámara en alguna ocasión. Al encontrar numerosos rastros de oso pardo y de lobo ibérico, probamos suerte un par de noches en estos enclaves con la cámara de fototrampeo. Debido a la brevedad de tiempo no conseguimos este objetivo pero el intento nos deparó alguna que otra sorpresa. En la primera parte en León, un turón protagonizó una de las escenas, hace un alto en el camino para olisquear y macar el atrayente oloroso. El resto, algún buen ejemplar de jabalí, zorro, y algún que otro susto de atrevimiento... (la cámara salió intacta). Acompañan a las imágenes finales las notas armónicas de la berrea del ciervo.

Volveremos a estos hermosos y agrestes parajes.